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Si viviera en el año 1400 tendría el cuerpo ideal

Caminando por la galería Uffizi no pude dejar de pensar en como la idea de “cuerpo ideal” de la mujer ha venido cambiando en el tiempo. Por ejemplo, la musa de Boticelli tenía un cuerpo con curvas que hoy en día se consideraría “gorda”, pero en aquella época era la expresión máxima de belleza.


Eso me lleva a pensar cómo cada tantas décadas los estándares de belleza han ido cambiando, desde Marilyn Monroe hasta Heroin Chic de los 90, donde cada vez más los cuerpos más delgados se han venido reforzando como la idea hegemónica de belleza, mezclado con rasgos de personas blancas, rubias y europeas.


Y la forma en que esa imagen, ese ideal llegó hasta este lado del hemisferio para posicionarse como todo aquello que las mujeres “debemos alcanzar” explica con mucha razón por qué hoy en día tenemos tantos problemas con nuestra imagen corporal.

¿Cómo fue que llegamos hasta este punto? ¿Como el cuerpo ideal pasó de ser gordo a ser delgado y atlético?


¿Alguna vez han analizado las representaciones de cuerpos que ven en la tele? ¿Hay diversidad o cuál es el tipo de cuerpo que más se presenta? ¿Cuántas son de cuerpos normativos y cuántas son gordas? En su cuenta de Instagram ¿A quiénes siguen? ¿Cómo se ven esos referentes que miran desde las pantallas de sus celulares? ¿Qué están hablando o diciendo sobre las dietas y los estándares?


Todo lo que consumimos en la publicidad, las redes sociales, los medios de comunicación refuerzan constantemente cuáles son los cuerpos aceptados, válidos y dignos de respeto, y usualmente los cuerpos grandes y gordos no entran en ese filtro, y el punto de hablar de esto no es para revictimizarse, sino para analizar el entorno y comprender que la mayoría de nuestras inseguridades son construidas, vienen desde ahí.




No sé si han leído el libro More Than a Body, es buenisimo y se los recomiendo. En él encontré una frase que me encantó: 


“Estamos entrenados para enfocarnos en como nuestros cuerpos se ven versus lo que nuestros cuerpos pueden hacer”.


El libro habla justamente sobre cómo interiorizamos estos mensajes y en cómo comenzamos a auto-objetivar nuestros cuerpos, lo que provoca que desviemos nuestra atención hacia cómo se ven en lugar de enfocarnos en cómo nos sentimos en ellos. 


Básicamente explica como la cultura actual deshumaniza nuestra relación con nuestros cuerpos y le quita relevancia a cómo nos sentimos, porque lo único que “importa” es cómo nos vemos, aunque el costo que de alcanzar el ideal de vaya sea perjudicial para nuestra salud. 


El mensaje que siempre nos han dicho ha sido que lo más importante es cómo el mundo que nos rodea ve nuestros cuerpos. 


“Una imagen corporal positiva no es pensar que tu cuerpo se ve bien; es saber que tu cuerpo está bien, independientemente de su apariencia".


¿Qué pasa si reconocemos que nuestros cuerpos no son la expresión de nuestro valor, sino los instrumentos que utilizamos para cumplir nuestras aspiraciones más profundas, vivir activa y productivamente y mostrarnos en el mundo? ¡Ese cambio de mentalidad es verdaderamente revolucionario!


A continuación voy a parafrasear una parte muy poderosa que encontré:


Intentar amar algo que constantemente juzgamos, criticamos y castigamos es una gran pérdida de tiempo. Por lo tanto, si podemos amar a nuestros cuerpos, naturalmente los cuidaremos de una manera saludable a través del equilibrio en nuestra dieta, en el movimiento, en las redes sociales y el entretenimiento, hábitos de visualización, elecciones de moda y procesos de pensamiento.


Para sanarnos de una imagen corporal negativa, los autores nos invitan a interiorizar que primero somos personas y que nuestros cuerpos ya saben que somos inherentemente buenos, suficientes.


La idea misma de que los cuerpos deben ser mirados y objetivados es problemática, porque quiénes somos como personas va mucho más allá de la apariencia de nuestros cuerpos. 


Entonces la próxima vez que no te sintás bien en tu propio cuerpo, recordá que es completamente humano, porque socialmente nos han condicionado a sentirnos así, no es tu culpa y merecés darte unos minutos para abrazarte y recordarte que no estás sola/e en esta lucha, que todos estos mensajes y la cultura que deshumaniza a los cuerpos que no entran en el estereotipo es algo que atraviesa a todos los cuerpos feminizados, que es una lucha colectiva.


Si llevás años sintiendo que te cuesta querer y mimar el cuerpo en el que habitás ahora y que te has privado de muchas experiencias de vida por miedo a las burlas y la discriminación, unirte a mi Programa #UnAbrazoParaVos te ayudará muchísimo a fortalecer tu autoestima, a tener herramientas de autocontención en los días difíciles, a incrementar la confianza en vos misma y a que tu valor como persona no dependa de lo que el mundo piense sobre tu cuerpo, porque serás capaz de reconocer todas tus cualidades y valores como persona sin necesidad de la validación externa.


A veces solo necesitás pedir ayuda, dar ese paso y dejarte guiar por alguien que ya ha estado en tu lugar para que derribés esos pensamientos limitantes, pongás límites sanos al ruido exterior, y a que por fin salgás allá afuera a hacer, verte y sentirte ¡como siempre quisiste!


Si esto es algo que te llama la atención leé toda la info de mi Programa aquí y anotate a la lista de espera de la próxima edición aquí. 


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